Ayer entrevistamos a Magaly, la líder del taller en donde se realiza el proceso de confección de las prendas de Ph7.
1. ¿Cuántas personas trabajan en el taller?
Somos cinco personas, pero dependiendo de la carga de trabajo tengo gente que me ayuda por fuera.
2. ¿Cómo es el proceso del taller?
Regularmente yo hago la primer muestra, patronaje y confección. Después de eso, si se hacen ajustes, ya pasa a Edna. Ella se encarga de patronaje y termina de hacer todas las tallas, afina patrones y si son producciones chiquitas también corta.
Después de eso Irma y la Señora Lila, que es mi mamá, confeccionan. Regularmente yo hago los terminados y el planchado, y es cuando reviso que esté todo bien, si hay algo que se tiene que regresar, se regresa. Finalmente la Señora Lucy hace los acabados, que son botones, ojales, broches y etiquetado.
3. ¿Qué estudiaste?
Soy diseñadora de modas
4. ¿Cómo se fue formando el equipo?
Mi mamá y yo empezamos el negocio, mi mamá es modista y de ella aprendí y tuve la inquietud de estudiar diseño. Ella tenía un taller en donde hacía uniformes escolares. A Edna yo le di clases y la invité a trabajar con nosotros. Irma se unió por obra del destino, ella trabajaba con una amiga que también tenía un taller y se dio la oportunidad de que se viniera con nosotros. La Señora Lucía es nuestra vecina y siempre ha trabajado con mi mamá.
5. ¿Por qué empezaste el taller?
Fabricant empezó porque me di cuenta que es muy difícil como diseñador encontrar una maquila en el norte en la que te quieran producir en cantidades pequeñas. Regularmente las maquilas buscan cantidad y que sea un proceso en línea, porque es su forma de poder entrenar a las personas. Y en Fabricant todas metemos mano, todas opinamos y todas tienen su especialidad, si hay algo en patronaje Edna me dice, Irma es buenísima para la producción y confección.
Cuando se trata de Fast Fashion, las cantidades son grandes y hay cierto margen de error. Cuando una marca va empezando y son 5 piezas, esas 5 piezas se tienen que cuidar bastante porque al final es lo que se va a vender. Noté mucho esa necesidad porque yo estudié, vi cómo nos movíamos y batallábamos y dije: si a mí me gusta patronar y confeccionar, pues vamos a darle por ahí.
6. ¿Qué cambio crees que se pueda lograr optando por talleres pequeños?
Yo creo que un mayor control de calidad, las condiciones laborales y la pasión que la gente le pone al trabajo. Cuando es un producto en serie se enfrían las cosas y nada más estás pensando en coser 20 puños en una hora, y cuando son 5 chamarras las revisas, si no te gusta lo vuelves a hacer y se nota, se siente más el trabajo bien hecho.
7. ¿Cómo ves el proceso de creación de prendas en un futuro?
Yo creo que la individualidad está siendo uno de los aspectos más importantes en comparación al fast fashion y productos en masa. Las nuevas marcas tienen su propia identidad, eso hace que las prendas sean únicas y que tú te sientas único e identificado con la marca. Yo creo que van a regresar las prendas más resistentes, más individuales que te representen como persona y ojalá estén más al alcance productos o materiales que no dañen al medio ambiente. Yo creo que va a regresar lo hecho en casa.
8. Cómo crees que estás colaborando a hacer un cambio en la industria de la moda?
Es una lucha constante, me toca de todo. Hay gente que me dice que produzca más y haga cosas baratas, que use telas baratas y pues no. Tienes que cuidar de donde viene tu tela, si vas a hacer 20 camisas y no te venden la tela para esa cantidad, pues nimodo, rechazas esa opción de tela por que al final es merma.
También con las condiciones de trabajo, hay mucha gente que dice: les pagas mucho, pues si por que su trabajo vale, cómo voy a hacer que vengan de tan lejos por lo mínimo si todo va aumentando, el transporte aumenta, la luz aumenta. Nada más por beneficiarme yo o beneficiar a un tercero para que puedan comprar más barato, sin tener conciencia de que el producto cuesta. Es tiempo invertido, es sudor, es quebrarte la cabeza para que salga el producto como quieres. Es de todo, es desde lo ambiental, lo social, es una lucha constante. He recibido un montón de comentarios positivos y negativos y si me da coraje que no valoren todo el trabajo que es. La gente dice “es una blusa de 200 pesos”, para que te cueste 200 pesos, qué tuviste que sacrificar? Y si cuesta más piensan “Quíen se está llevando ese dinero?” No ven que es mucho proceso, es desde patronar, cortar, planchar, descoser, poner botones a mano, medir cada ojal, es mucho trabajo que creen que por ser más cantidad es más barato, cuando el trabajo es el mismo.
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